¿Qué dice la Biblia acerca de Dios?

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God of Bible

La respuesta corta a esta pregunta es: muchísimo. Hay 73 libros incluidos en la Biblia católica. Como una estimación, la palabra “Dios” aparece 3,358 veces en esos libros y la palabra “Señor” otras 7,736 veces. Así que, ¿por dónde comenzamos?

Dios quiere ser conocido por la humanidad y constantemente está tratando de llegar a nosotros para que esto se logre. Desde el paseo de Dios en el Jardín del Edén (Génesis 3:8) hasta la definitiva revelación de Dios en la persona de Jesús y la venida del Espíritu Santo, Dios está involucrado en un proceso constante de comunicación con la humanidad.

¿De qué manera podemos tener una mejor idea de cómo es Dios? La Carta a los Romanos nos ofrece un punto de partida: da un buen vistazo a la creación de Dios: “Ya que sus atributos invisibles –su poder eterno y su divinidad– se hace visibles a los ojos de la inteligencia, desde la creación del mundo, por medio de sus obras” (Romanos 1:20). Las maravillas del mundo natural nos dan indicios de las cualidades de Dios. Asegúrate de estar en contacto con la belleza de la creación de Dios pasando algún tiempo caminando por el bosque, o en un fin de semana acampando, o con una noche para contemplar el cielo nocturno.

Sobre todo, nosotros aprendemos acerca de Dios a través de Jesús porque él vivió con y como uno de nosotros. Cuando vemos el testimonio en las Escrituras, vemos que Jesús representa la plenitud de la revelación de Dios a la humanidad. Como dice en la Carta a los Hebreos: “Después de haber hablado antiguamente a nuestros padres por medio de profetas, en muchas ocasiones y de diversas maneras, ahora,…Dios nos habló por medio de su Hijo…Él es el resplandor de su gloria y la impronta de su ser.” (Hebreos 1:1-3). O como Jesús mismo explicó al apóstol Felipe: “El que me ha visto, ha visto al Padre” (Juan 14:9).

Con este ejemplo Jesús nos muestra que Dios posee y expresa las más nobles cualidades de la perfección –verdad, belleza, justicia, misericordia, gracia, bondad, compasión- en una palabra, amor. De hecho, Jesús vivió y sufrió como uno de nosotros porque, como lo dice el bien conocido versículo de Juan 3:16, “Dios amó tanto al mundo”. ¿Qué mayor amor puede haber que “dar la vida por amigos”, como lo hizo Jesús (Juan 15:13)?

También conocemos a Dios a través del don del Espíritu Santo, quien aparece en las Escrituras Hebreas comenzando con el segundo versículo del Génesis, donde el Espíritu, en la forma del “soplo de Dios” se cernía sobre las aguas. Hacia la mitad del Antiguo Testamento encontramos el ruego de los salmos, “No me arrojes lejos de tu presencia ni retires de mí tu santo espíritu” (Salmos 51:13).

El Espíritu Santo aparece en muchos pasajes del Nuevo Testamento. Jesús prometió enviarles a sus seguidores un Paráclito o Consuelo que estaría siempre con ellos (Juan 14:16), y en el “gran mandato” al final del evangelio de Mateo, uno de los ejes fundamentales de la fe cristiana en la Trinidad, Jesús dice, “Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” (Mateo 28:19).

El Espíritu Santo se pone al frente en los Hechos de los Apóstoles, más notablemente en Pentecostés, cuando miembros de la temprana iglesia “quedaron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en distintas lenguas, según el Espíritu les permitía explicarse” (Hechos 2:4).

Mientras que la Biblia realmente nos provee de una gran variedad de testimonios de la múltiple, misteriosa y maravillosa naturaleza de Dios, en nuestra humana experiencia el conocimiento de Dios no sucede de una sola vez. Es un proceso de toda la vida que se revela a través de la lectura espiritual, la reflexión, la oración y nuestra interacción con los demás –en “fraternidad”, para usar el término religioso.

La fraternidad se da cuando nos reunimos para rendir culto, seguramente, pero también en nuestros hogares y oficinas y en nuestra diaria interacción con otros, tanto de manera casual como íntima. Cuando interactuamos con un sentido de la presencia de Dios, incluso cuando solo somos “dos o tres”, sabemos que Jesús está ahí con nosotros (Mateo 18:20).

Tal vez uno de los más significativos tratamientos para Dios de los encontrados en la Biblia es Emanuel (Isaías 7:14), que literalmente significa “Dios con nosotros”. Esta convicción, firmemente enraizada en nuestros corazones, tal vez sea todo lo que necesitemos saber sobre nuestro amado Dios.

Fuentes
• Ve a la  1a. parte, secc.1, cap. 2 del Catecismo de la Iglesia Católica, “Dios al encuentro del hombre”, para una descripción de la interacción de Dios con la humanidad.

• For children ages 4-9: Images of God for Young Children by Marie-Helene Delval, illustrated by Barbara Nascimbeni, Eerdmans, 2010


Reprinted with permission from PrepareTheWord.com. ©TrueQuest Communications.

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